Tuesday, January 23, 2007

Enfermedades de la piel: acontecimientos emocionales que pueden producirlas

Nuestra piel es una de las partes del cuerpo en las que se refleja más claramente los síntomas emocionales que estamos padeciendo. Es una zona de expresión emocional a pesar de que en la mayoría de los casos achacamos los problemas de la piel a causas físicas y buscamos una solución externa (cremas, tratamientos, etc). Muchos de los problemas de piel están asociados a situaciones emotivas sin resolver o a periodos de tiempo especialmente estresantes.
Igualmente, muchas de estas enfermedades no remiten con los tratamientos o se vuelven a reproducir con el tiempo debido a que proceden de las características personales del individuo y de un patrón conductual erróneo que dificulta la recuperación absoluta.

Dificultad para expresar los sentimientos
La persona con problemas de piel se va a caracterizar a nivel general por una dificultad en la expresión de sentimientos, su conducta de cara a la interacción con los demás va a ser pasiva, eludiendo problemas y dejándolos en el tintero sin resolver, de ahí que más adelante se refleje en un síntoma físico en su zona más sensible. Todos sabemos que cuando tenemos problemas o estamos estresados, la parte más débil de nuestro organismo es la primera que se resiente.
Por ejemplo, si tenemos problemas de estómago y es nuestro punto débil, ante un suceso estresante, nos pondremos enfermos con dolor de estómago y no de otra cosa. Para las personas con eszemas, rojeces, granos, etc, su punto débil es su piel y los problemas en ella aparecerán o empeorarán en momento de malestar.
El estado de ánimo repercute en nuestra salud física
Muchos de estos problemas emocionales mucho tienen que ver con la interacción con los demás, la actitud pasiva, la no resolución, el no enfrentamiento se ven reflejados en la actitud hacia amigos, compañeros de trabajo, etc. Esto provoca un malestar generalizado por acontecimientos sin resolver que provocan ansiedad o malestar y que se van a reflejar en nuestra piel. Está comprobado que cuando la persona aprende a utilizar una buena comunicación y a poner en marcha mecanismos de enfrentamiento a los problemas, solucionándolos o liberando la carga, la enfermedad remite o mejora.
Al igual que los malos momentos repercuten en nuestra piel y nos mostramos más abatidos, sin brillo, con una tez apagada, pelo estropeado, granos, rojeces, etc, los buenos momentos también lo hacen. Cuando estamos positivos, contentos y animados, sin problemas o con una actitud positiva ante ellos, nuestra piel está revitalizada y nuestro cabello también, aparece más sano y equilibrado y esto nos indica realmente que algo está relacionado. El estado de ánimo repercute en nuestra salud física y en nuestro estado funcional, no cabe la menor duda.


¿Qué ocurre por ejemplo con el acné juvenil?
Por supuesto está relacionado con muchos cambios hormonales que dificultan la eliminación de grasas o las acumulan en exceso en nuestra piel. Pero si nos centramos algo más nos damos cuenta que la adolescencia es una etapa de conflictos internos que la persona tienen que resolver. No sabe lo que quiere ni lo que desea y se encuentra en una lucha de poder entre lo que debe y lo que quiere hacer.
Esto provoca grandes conflictos a nivel emocional y de hecho, muchas depresiones y problemas psicológicos aparecen en esta etapa. Igualmente el adolescente puede aparecer falto de recursos a la hora de imponer su criterio en un grupo, tienen dificultades de comunicación y de expresión de sentimientos y esto también repercutirá en su piel. Tenemos ejemplos de personas que superan la adolescencia y continúan con el acné, con lo cuál las hormonas hacen mucho , pero la personalidad de cada uno también.


La calvicie también está relacionada con la piel
La calvicie es otro síntoma relacionado con la piel y que habitualmente se achaca a causas hereditarias. Tal vez sea así o probablemente el padre y el abuelo mantengan el mismo tipo de personalidad rígida y controladora que posee el hijo, con lo cual el problema de alopecia se repite generación tras generación, y no por herencia, sino por comportamientos imitados que ayudan a que aparezca el problema. La calvicie está muy relacionada con problemas de estrés, y todos conocemos a personas jóvenes, con mucho trabajo , muy estresados que pierden el pelo muy pronto. También sucede que la perdida de pelo provoca estrés, depresión, impotencia; sensaciones que ayudan a que se mantenga el problema y vaya en aumento debido a la presión que ocasiona a nivel emocional.
La alopecia suele aparecer ante la necesidad de tomar una decisión precipitada o de urgencia o ante una tensión por un peligro inminente que nos da miedo. Ante situaciones de miedo o de ataque a nuestra persona, también ocasionada por la excesiva adaptación, tengamos en cuenta que estas personas se adaptan muy bien a las situaciones con tal de no generar conflicto y de no enfrentarse a problemas, con lo cuál esa presión contenida les dificultará el riego sanguíneo, los vasos se contraen por la presión y la ansiedad con lo cual el pelo no respira y se muere.


Enrojecimientos en la piel
Otro de los síntomas relativos a los problemas de piel son las rojeces, enrojecimientos por rosetones. Es muy característico en personas tímidas y retraídas. Estas personas se sienten amenazadas pro su entorno debido a que no tienen habilidades ni mecanismos de enfrentamiento. Se sienten perseguidos aunque no sea real y sienten miedo a que les hagan daño o se avergüenzan.
Este retraimiento interior les provocará mucha angustia y la presión contenida repercutirá en su piel en modo de rojeces localizadas o rosetones. Igualmente ocurrirá a las personas de piel seca, tienen dificultades para hablar y para expresar sus sentimientos.


La psoriasis
Algo parecido les ocurre a los pacientes de psoriasis, aparecen descamaciones en la piel y despigmentación. Son personas muy negadoras y muy dependientes de los demás. Se agarran al vínculo que tienen con alguien y no se enfrentan al mundo exterior.
Demuestran cierta inestabilidad emocional y de hecho es muy típico que padezcan o hayan padecido en su familia cercana problemas depresivos. Suelen tener dificultades con las relaciones sociales y utilizan la regresión a épocas pasadas para no enfrentarse a sus problemas actuales.