Friday, November 04, 2005

Dermatitis Atópica o alérgica

La dermatitis o eccema atópico es una inflamación de la piel, que se caracteriza por lesiones cutáneas con eritema descamación, vesículas, exudación, fisuras, lesiones de rascado y zonas engrosadas (liquenificación), casi siempre con picor. Estas lesiones aparecen en diferentes estadios en forma de placas que pueden aparecer dependiendo de la edad en la cara, las flexuras de extremidades, o en diversas áreas del cuerpo, incluso en algunos pacientes en toda la extensión de la piel (eritrodermia).

La dermatitis atópica se presenta de diferentes formas y distribución dependiendo de la edad del paciente.

  • En el lactante, antes del primer año de edad suelen aparecer lesiones de eccema en la cabeza (costra láctea), en la cara respetando ojos, nariz y boca, o extendida por la piel de todo el cuerpo. En esta forma de aparición suele ser un cuadro muy llamativo e intenso pero su pronóstico es muy bueno desapareciendo antes de los 5 años.
  • En los niños de edad escolar las lesiones de eccema predominan en las flexuras de extremidades, en el cuello y en la zona de detrás de las orejas, en ocasiones con lesiones de eccema en los labios y los párpados.
  • En el adulto hay dos formas, una se debe a la persistencia del eccema del niño escolar con lesiones flexurales predominantemente, y otro de aparición en el adulto con lesiones diseminadas, frecuentemente eritrodérmicas con gran afectación de la cara y cuello y que tiende a la cronificación.
  • Hay otras formas menores del eccema atópico, como por ejemplo:
    • Ptiriasis alba: Son lesiones blanquecinas en la piel con escamas y piel seca, puede aparecer en la cara o distribuida por todo el cuerpo.
    • Queilitis atópica: Son lesiones de eccema en los labios con fisuración.
    • Pulpitis atópica: Aparece con descamación y fisuración de los pulpejos de dedos de manos y pies.

El eccema atópico aparece más frecuente en personas con antecedentes de enfermedades alérgicas en al familia (rinitis, asma, conjuntivitis o eccema), además suelen tener elevada la IgE, característico de los enfermos alérgicos.
Esta IgE elevada se suele fijar a células inflamatorias (mastocitos y basófilos) y ante estímulos específicos (alimentos, ácaros pólenes, etc...) o inespecíficos (estrés, cambios de temperatura, humedad, irritantes de la piel) producen la liberación de Histamina acumulada en el interior de esta células produciendo picor.
Este picor intenso inicia la secuencia de lesiones espontáneas o secundarias al rascado y por ello se forma el eccema. En los pacientes con eccema atópico existe una disminución de la inmunidad contra ciertas infecciones cutáneas por ello el eccema suele infectarse y cronificarse secundariamente.

Los síntomas característicos del eccema atópico son:

  • Picor intenso de zonas cutáneas, principalmente flexuras de las extremidades.
  • Piel seca y con descamación.
  • Lesiones de eccema con eritema descamación, vesículas, exudación, fisuras, lesiones de rascado y zonas engrosadas (liquenificación).
  • La distribución de las lesiones corresponde a la edad de aparición e intensidad del eccema como hemos visto antes.

DIAGNÓSTICO DEL ECCEMA ATÓPICO

Una vez caracterizado como eccema atópico por los antecedentes familiares de alergia en la familia y por la distribución y síntomas característicos de este eccema, se trata de buscar las causas de la alergia subyacente que produzca liberación de histamina.
Como la causa de liberación de la histamina es la fijación de la IgE a diversos alergenos, se debe de realizar un estudio de alergia para saber las causas.

En la mayoría de los casos se aprecia la elevación de la IgE total circulante en sangre.
A partir de aquí se debe de determinar la posible especificidad de alergia a alimentos (huevo, leche, pescado, frutas, verduras, frutos secos, etc...), ácaros y pólenes mediante técnicas de determinación de IgE específica (CAP, RAST, etc...).

Además se pueden realizar pruebas de alergia en la piel mediante prick test, o incluso mediante test epicutáneos.
El objetivo es encontrar factores alérgicos específicos que causen el picor para excluirlos del ambiente del paciente, para ello en ocasiones se debe de comprobar la relación causa efecto mediante dietas de exclusión adición de alimentos, comprobando la mejoría y empeoramiento al eliminar o añadir los alimentos sospechosos.

El tratamiento del eccema atópico abarca diferentes medidas:

  • Exclusión de las causas de alergia,
  • Tratamiento cosmético,
  • Tratamiento del estrés,
  • Tratamiento farmacológico por vía oral,
  • Tratamiento del picor,
  • Tratamientos antinflamatorios o de los brotes,
  • Tratamientos de las sobreinfecciones,
  • Tratamiento farmacológico tópico,
  • Fototerapia,
  • Nuevos inmunomoduladores.

TRATAMIENTO COSMÉTICO
El paciente con eccema atópico tiene la piel seca y la tendencia a sufrir un picor muy molesto debido a la xerosis. Un excelente medio de humedecer la piel son los baños diarios corporales. Aunque el baño con agua templada ya alivia de por si el prurito, el beneficio es ostensiblemente mejor si al agua se le añaden, en solución o suspensión, polvos de avena o ciertas fórmulas con alquitranes suaves. La hora ideal del baño es el atardecer. Después del baño es adecuado aplicar cremas corporales emolientes. La mayoría contienen urea o ácido láctico a diferentes concentraciones.

TRATAMIENTO DEL ESTRÉS

Los brotes de eccema atópico pueden provocarse o exacerbarse por tensiones emocionales, estados de angustia o de ansiedad y estrés. El medico con capacidad para captar la situaciones y valorarlas, puede ayudar mucho con una buena psicoterapia. Por este motivo esta justificado el uso de tranquilizantes junto a los antialérgicos tradicionales.